jueves, 22 de diciembre de 2016

LA LOTERÍA, EL OPIO DORADO DEL PUEBLO




''Con la invención de la agricultura hace 10.000 años, nos convertimos en la
primera especie en 3.700 millones de años de historia de la vida que no tenía que
vivir en pequeños grupos dependiendo de la riqueza natural de la Tierra '' - N. Eldredge.
Al partido comunista de Granada le ha tocado la lotería.  Una riada de millones ha alcanzado a sus militantes y su sede ha sido anegada por el pérfido capital.
Marx, en los 'Manuscritos de economía y filosofía', canturrea sobre el dinero, como un Pepito Grillo después de muerto, aquello de '' [el dinero] Transforma la fidelidad en infidelidad, el amor en odio, el odio en amor, la virtud en vicio, el vicio en virtud, el siervo en señor, el señor en siervo, la estupidez en entendimiento, el entendimiento en estupidez.''
Con la invención de la lotería el hombre vuelve a querer vivir dependiendo de la riqueza quimérica, en este caso hecha praxis en forma de Lotería , dependiendo de la suerte, del destino, del antojo meteorológico de la fortuna, que lo convierta en  amo y lo destierre de  esclavo. En los casinos la normativa del juego de la ruleta permite a veces que se enriquezca algún cliente, pero en el montante total de operaciones la banca siempre gana. . Con la invención del artefacto 'lotería', pretende devolverse al hombre a grados de dependencia anteriores al descubrimiento de la siembra y recolección de plantas.
Algunos  comunistas granadinos para salvar sus vidas,  aferran sus manos  a unas ramas que asoman entre las torrenciales aguas monetarias... las ramas de la moralina de Fourier  ''...el mal social no está en que unos cuantos posean demasiado,sino en que todos posean poco...''. Otros, no sueltan sus brazos del tronco varado de Mandeville: ''...los vicios son útiles e indispensables en la sociedad actual...''. A otros se los ha llevado la corriente de la Antígona de Sófocles: 
'' El oro enseña al hombre la astucia y la perfidia
Y le hace volver, insolente, la espalda a los dioses'' . 
Carlos Marx debe estar dándose una gran jartá de ver culos arrugados y espaldas encorvadas.
 

miércoles, 21 de diciembre de 2016

ENMOHECIÉNDOME UN POCO MÁS

La historia la recuerdo pintada de vivos colores, que ya no recuerdo, cada vez menos cuerdo. Y ahora la veo arrugada, cubierta de un moho gris, mustia, casi sin color... ¡Para lo que me sirve, la dejo como está y se acabó esta historia!
 

hibernación infernal

El invierno es un entreacto helador, cuya pretensión es la de matar a los espectadores. Acaba con el canto del grillo que fenece enterrado bajo tierra. Vapulea la hoja seca, ajada, amarronada que aún no se ha querido caer. El invierno es un infierno de cabronadas, pinten en oros, en copas, en espadas o en bastos. El invierno impone la modestia a base de frío, y sugiere ir con la espalda encorvada para esquivar al grajo , ¡carajo!.

SALIVAZOS QUE HIEDEN COMO CINCO VENTROSIDADES

COMO MÚLTPLO SACA A RELUCIR SU EGOCERISMO, COMO DIVISOR  GENERA INFINITUD

SALIVAZO AL VIENTRE DEL CUARTO OSCURO

TENGO UN RECHAZO QUE NUNCA ME PODRÁS OFERTAR

viernes, 9 de diciembre de 2016

ITALIANIZÁNDONOS UN POCO

Al entusiasmo, si se le riega con las frescas y cristalinas aguas de la primera vez, las de la última vez también valen, se le mantiene vivo, terso y hermoso. ¿Cuánto tiempo pasará hasta que la sentencia del jurado de las urnas resuene a percusión de madera en nuestros oidos? 


Las sentencias togadas tienen algo de emocionante, de almidonado entusiasmo, porque ocurren de higos a brevas y mariposean en nuestro estómago...salvo aquellos que consuelan las arrobas de su panza en la política, más abonados al banquillo de los reos y al ágape de alto copete que a la rutina y la estrechez del trabajo por cuenta ajena. Pero aquella sentencia de la que depende la aprobación o rechazo de una opción política, la electoral, ya se sucede con demasiada frecuencia. A una investidura sucede otra desvestidura con tanta prisa que las vergüenzas no tienen casi tiempo ni a orearse y la vista queda siempre por recrear. 

La fiesta de la democracia ya se le parece en algo a la multa de tráfico que, por adivinada, cuando llega, no entusiasma, sino que cabrea. ¿Cuánto tiempo quedará para que las opiniones individuales, las de vino cosechero y las de gran reserva, sean convocadas a la urna donde los papelillos pintarrajeados, como espermatozoides, esperan a encontrar un óvulo, una victoria a huevo, para mejor cebe de la clase social de las gratuidades, estipendios y subvenciones parlamentarias ? En unos meses, el artículo 155 de la Constitución puede hasta haber cambiad de sexo.


El prejuicio, esa simplificación fruto de la vagancia, sirve para etiquetar a los individuos en grupos, y su comportamiento emparejarlo al de los rebaños trashumantes ; y sirve - “un admirador, un amigo, un esclavo, un siervo”- ,  al ocioso engaño de obnubilar nuestras espectativas. ¡Viva José Luis López Vázquez!


 ¿Cuántas estaciones han de pasar hasta que las preocupaciones ajenas al gobierno de lo común, las impuestas por el otro yo que son los otros, guíen una vez más el sentido de nuestro sufragio? Si fuera imposible aprobar unos nuevos presupuestos, se  dejaría pasar el invierno y se entraría en un florida primavera... la alegre y jovial primavera que sucede a las energéticas tribulaciones y afanes por estar caliente de los menos afortunados...que también votan.


Por ahora contemplamos la adulación que hacia el gobernante le dedican los palmeros, con la sola finalidad de mantenerse en ese círculo de cocktails, gin tonics subvencionados y poder, más que erótico, hard core. Pero ¿dará tiempo a que seque la ropa en el tendal, hasta que veamos al gobernante en funciones campañaneando, dándonos palamaditas en el hombro y exhibiendo las fosforescentes fundas dentales de clínica privada? Yo, por si un acaso u otro, no me cambio de muda, no me vayan a disolver las Cortes con un improvisado corte de mangas y me pillen con los calzones prendidos en pinzas y llorando las lágrimas de un centrifugado que funciona a medias y cuando le da la gana.

Todo se está volviendo un cansino e italiano reloj de repetición. Sesenta y dos gobierno en sesenta y nueve años de península itálica con Plan Marshall. ¿Cuántas vueltas darán las agujas de mi amarillento reloj hasta que lo meramente externo del vencedor de esos comicios por venir inunde la televisión, y el oropel de la cañí acción de triunfar, aún con calzador, atiborre las frecuencias moduladas con sondeos patrios, vaticinios inspirados por una copa de coñá Soberano y chafardeos de opinión? La  'anomalía italiana' carcajeada desde la península ibérica, puede que sea la nueva 'anomalía carpetovetónica' sufrida con resignación, ajo arriero y diseño muy español y mucho español. 


Lo que gozan o sufren los espíritus hasta alcanzar la cotización y aquellos otros que vierten las lágrimas sin cesar por mor de los daños colaterales de la política, seguirá importando a los representantes de la cosa comicial lo mismo que los 'por qué suceden estas cosas', que al viento canta con un quejido el que ya tiene más vida vivida que por vivir y lo comido por lo servido... Esos quejidos que son como una amonestación del muerto, en espera de adjudicación de plaza definitiva, al vivo.
El entusiasmo fenece en su tiesto, seco, abandonado, mientras el reloj marca las horas y la puñetera campana los cuartos.